Hay que reconocer que cuando uno oye a sus amigos hablar de lo mucho que les engancha el Eurotruck Simulator te entra la risa y hasta enarcas una ceja a lo Spock.
No tengo por costumbre el despreciar ningún juego así de salida o juzgar los gustos lúdicos de la gente. A mi, por ejemplo, me gusta el baseball y las personas normales lo consideran un coñazo, algo entendible, las cosas como son. Como veis, cada uno tenemos nuestra tara.
En el caso del Eurotruck, no le veía el punto a hacer de camionero sin más. Los hay que pensarán que recorrer las carreteras europeas, con el trailer lleno de mercancía y parando solo para echar gasolina al tiempo que silbas el «yo para ser feliz…» a lo Loquillo, solo solo tiene gracias si le introduces algún factor destructivo como en «La rebelión de las máquinas».
A mi, más allá de la curiosidad que me produce cualquier simulador, la premisa no me parecía llamativa hasta que he caído completamente enganchado en las garras de Elite Dangerous y ejerciendo, precisamente, de camionero espacial.
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