El Dóctor Lo qué nos traslada en su TARDIS hasta finales de los años 60 cuando una serie legendaria (no tanto como Doctor Who pero casi) se debatía entre la vida y la muerte televisiva y solo una campaña organizada por los fans, su creador e intelectuales de la época lograron mantenerla en antena.
Suena más épico de lo que fue pero el Dóctor nos lo cuenta. ¡Súbete a su TARDIS!
A finales de los años 70 tuvo lugar una épica batalla entre el bien y el mal. Entre lo «viejo» y lo nuevo. Entre el virtuosismo y la ira descontrolada. Entre un caballero y un tolai. Mundos vivirán, mundos morirán y el universo DC nunca volverá a ser el mismo. Perdón, esto no iba aquí.
Freddie Mercury se enfrentó a Sid Vicious por un quítame allá esas pajas y el Doctor Lo qué viaja a ese instante en el tiempo para que puedas vivirlo como si estuvieras delante (o casi).
Con la colaboración especial de Beni Díaz desde el Ático del pánico.
El Doctor Lo Qué viaja en esta ocasión a finales de la década de los 70 para presenciar de primera mano como se fraguó en juego de mesa más famoso de todos los tiempos, el decano de los juegos de rol.
En esta ocasión el Doctor Lo qué, el Timelord con la mejor regeneración posible: el cuerpo de «The Rock», viaja al año 1823. En concreto, a la Inglaterra de 1823, dónde, tras una riña colegial, la leyenda cuenta que se inventó el deporte del rugby.
Sí, ya pasaron Nochebuena y Navidad. Sí, dijimos que no habría programa navideño, pero creednos cuando os decimos que los primeros sorprendidos hemos sido nosotros.
La casa de mi hermano tiene el orgullo (sic) de presentar esta adaptación del relato «Cuento de Navidad» de Charles Dickens. Bueno, más que adaptación es un homenaje. Y más que un homenaje es una sutil influencia. Bueno, lo que es, es. Ya esta hecho y no podemos arrepentirnos.
Acompáñanos y conoce la historia de Vinagrito Scrooge, un hombre cuyo corazón esta lleno de vinagre y oscuridad al que tres visitas sobrenaturales tratan de devolverle al buen camino y a conocer el auténtico significado de la Navidad.
Para escucharlo no tendrás que recurrir a ninguna presencia fantasmagórica, este atropello en forma de radioficción se encuentra, como siempre, a un clic de distancia.
Y recuerda, cuéntanos que te ha parecido. Si te ha gustado o no, si te ha enternecido el corazón o crees que íbamos beodos. Pero eso sí, en esta época estival, como decía el Pequeño Tim: «Que Dios nos bendiga a todos».
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